Teatro Circo Price.

Teatro Circo Price de Madrid

Circo Price

Circo Price

Acerca del Circo Price

Circo Price: historia de un símbolo del espectáculo en Madrid

El Circo Price es una institución emblemática en la cultura y el espectáculo de Madrid. Fundado en 1853 por el écuyer irlandés Thomas Price, este espacio ha sido testigo de profundas transformaciones artísticas y sociales, convirtiéndose en reflejo de los cambios que ha experimentado la capital española.

Desde sus primeros días en un barracón del paseo de Recoletos hasta su asentamiento en la histórica Plaza del Rey, el Price ha acogido artistas de renombre mundial, desde icónicos trapecistas hasta pioneros del cine temprano. En cada época, este circo ha sabido adaptarse: durante su edad de oro, incorporó además zarzuelas, conciertos y eventos variados; más tarde, en los sesenta, revivió gracias al impulso de figuras clave.

Tras su demolición en 1970, el Ayuntamiento de Madrid lo rescató en 2007 como un centro cultural que honra su legado centenario. Hoy, bajo la dirección de Aránzazu Riosalido, el Teatro Circo Price sigue combinando tradición y contemporaneidad, siendo punto de encuentro de familias, parejas, público infantil y amantes de las artes escénicas. Cada espectáculo que acoge es un guiño a su rica trayectoria, haciendo que acudir al Price sea una experiencia única de ilusión y nostalgia.

Circo Price en el siglo XIX: los orígenes de un icono

El Circo Price nació en 1853 de la mano de Thomas Price, un renombrado domador y acróbata a caballo procedente de Irlanda. Instalado inicialmente en un barracón del paseo de Recoletos —también conocido como “Circo Ecuestre”—, consolidó muy pronto su reputación gracias al alto nivel de sus números ecuestres. A partir de 1868, Price desplazó el circo a la Plaza del Rey, en el solar donde antes se alzaba el Circo Olímpico y luego el Teatro del Circo, ocupando el nuevo edificio en 1880 tras un incendio que destruyó la construcción anterior en 1876.

Este nuevo Price contaba con una pista circular para casi dos mil espectadores, gradas amplias y estrado lateral —una estructura moderna para la época diseñada por Agustín Ortiz de Villajos. Además, fue escenario de hitos culturales como la primera proyección cinematográfica en España (un animatógrafo en 1893). Con ello, el Price se afianzó como espacio diverso: no solo acrobacias y doma, sino también zarzuelas, teatro musical, conciertos y actividades populares. Tras la muerte de Thomas Price en 1877, su yerno William Parish, casado con Matilde de Fassi —su hija adoptiva—, tomó las riendas, y más tarde su hijo Leonard, manteniendo el prestigio hasta fusionarse con el Circo Americano en el siglo XX

Este periodo fundacional dejó una marca indeleble: el Price se consolidó como símbolo de modernidad y espectáculo en Madrid, introduciendo innovaciones técnicas, presentando artistas internacionales y convirtiéndose en epicentro de la cultura urbana del momento.

Edad de oro (años 1920–1930) y supervivencia durante la posguerra

Durante las décadas de los años veinte y treinta, el Circo-Teatro Price vivió su edad de oro. Su pista acogió a las grandes figuras del circo internacional —Fratellini, Grock, Antonet— y a artistas locales de prestigio, como la troupe de los hermanos Aragón Pompoff y Charlie Rivel. La programación incluyó también zarzuela, boxeo, festivales musicales de vanguardia, y presentó música y humor en un ambiente multigeneracional.

La Guerra Civil supuso un golpe doloroso: edificios destruidos, artistas dispersos y penurias económicas marcaron el periodo. Sin embargo, tras la guerra el circo renació con fuerza, reconstruyendo su sede e incorporando talentos nacionales con gran éxito.

En 1946, Arturo Castilla (empresario circense y payaso) fundó el Circo Americano y, desde 1960, asumió la dirección del Price. Bajo su gestión, el circo se internacionalizó, acogiendo compañías húngaras, checos y rusas, y organizando eventos pioneros como el Gran Festival Mundial de Circo (1967) y el Congreso Mundial en Barcelona (1968). También recuperó estrellas como Pinito del Oro o Charlie Rivel, y temas musicales y teatrales desde zarzuela hasta rock —con conciertos de Miguel Ríos y Los Pekenikes— fusionando circo con música moderna.

Este periodo culminó con la venta del inmueble al Banco Urquijo en 1969 y su derribo en julio de 1970. El último espectáculo tuvo lugar el 12 de abril de ese año, marcando el fin de una etapa que duraría más de un siglo. Aun así, Castilla mantuvo el legado con giras en Madrid y exportaciones culturales hasta 1980.

Reapertura en 2007: nuevo edificio, nueva filosofía

Después de décadas de ausencia física, en marzo de 2007 el Ayuntamiento rescató el Circo Price con la construcción de un nuevo centro cultural en la Ronda de Atocha. Bajo la dirección de Tato Cabal y la coordinación artística de Joan Montanyés, se inauguró con “Charivari” de Joseph Bouglione, acompañada por artistas premiados como Manuel Álvarez y Suso Clown. Este nuevo Price alberga espectáculos de circo contemporáneo, festivales de música, magia, teatro, danza y actividades familiares, respetando la tradición circense y adaptándose a los públicos actuales.

Uno de sus sellos distintivos es el Festival Internacional de Magia de Madrid, creado en 2011 bajo la dirección de Jorge Blass, que reúne a ilusionistas de todo el mundo, organiza concursos de nuevos talentos y genera uno de los momentos más mágicos del año. Además, el espacio acoge programación navideña muy esperada en familia —incluyendo espectáculos como “La vuelta al mundo de Cometa”—, junto a propuestas que combinan circo clásico y emergente.

Este renacer está liderado desde 2024 por la directora Aránzazu Riosalido, quien ha impulsado una línea artística comprometida con la historia y la innovación. Busca equilibrar espectáculos para niños y familias con proyectos contemporáneos que mantengan viva la esencia circense.

Actualidad y legado: herencia que despierta ilusión

Hoy el Circo Price es un referente cultural en Madrid, un espacio donde se mezclan tradición y modernidad. Con una programación diversa, internacional y familiar, atrae a miles de espectadores de todas las edades. Su fuerte vínculo con las familias, parejas y la infancia se refleja en propuestas continuas: espectáculos infantiles, navideños, de magia y circo contemporáneo. También fortalece la escena local con festivales y actividades educativas, siempre respetando su origen histórico.

Además, el Price apoya a artistas nacionales e internacionales: malabaristas, trapecistas, ilusionistas y compañías contemporáneas, en una programación que mezcla humor, danza, música y riesgo escénico. Bajo el liderazgo de Aránzazu Riosalido, el espacio ha sabido recuperar su papel de “motor” cultural, impulsando disciplinas circenses e híbridos escénicos. La recuperación de obras históricas con recuperación de la memoria del circo y actividades que rememoran su siglo y medio de vida lo convierten en centro de estudio e inspiración. La directora ha usado herramientas como teatro, literatura y educación para recordar figuras como Thomas Price o Arturo Castilla —materializado, por ejemplo, en la obra/libro Mil novecientos setenta sombreros.

En definitiva, el Price hoy no solo entretiene: educa, conecta generaciones, revitaliza la memoria colectiva y cultiva ilusiones. Su fuerza radica en ser un lugar donde el público —niños, padres, abuelos, parejas— encuentra la magia del circo, desde la proximidad y la emoción en directo. Cada visita al Circo Price es un viaje que une pasado y presente, despertando en el espectador sentimientos genuinos, desde la sorpresa hasta la ternura.

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Imagen de Circo Price: Zarateman, CC0, via Wikimedia Commons.

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